viernes, 22 de abril de 2011

NO MALGASTES, Y NADA TE FALTARA

En las ciudades, los habitantes generan dos o tres veces más basura que sus homólogos rurales, debido principalmente al mayor consumo de artículos pre envasados. En un mundo que espera contar con más de 5 mil millones de habitantes –dos de cada tres personas– viviendo en zonas urbanas para 2030, los sistemas municipales de administración de residuos ya muy presionados hoy día se enfrentarán con enormes problemas para dar abasto. Los países desarrollados están quedándose sin espacio para contener los crecientes volúmenes de desechos de consumo, mientras los países en desarrollo carecen de sistemas adecuados y de las infraestructuras necesarias para ofrecer un servicio a sus poblaciones. En muchas partes de África, Asia y América Latina, los recolectores de basura informales quitan más basura que los empleados municipales. Históricamente, las ciudades han tirado, quemado o enterrado su basura. Los vertederos y la quema de basura son prácticas muy comunes en lugares con pobres servicios de recolección y saneamiento, particularmente en tugurios o asentamientos de barrios bajos. A carecer de servicios adecuados, los residentes no tienen otra alternativa que deshacerse de sus residuos lo mejor que pueden — por lo general quemando los artículos inflamables y tirando el resto a los ríos, a las cunetas o las calles. La descomposición incontrolada de comestibles y excrementos facilita la propagación de enfermedades como la diarrea, la fiebre tifoidea, el cólera, la disentería, tuberculosis y malaria, mientras el humo de las fogatas perjudica los pulmones y libera contaminantes dañinos a la atmósfera.

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